Chuck Hagel merece una audiencia imparcial para cargo de Secretario de la defensa

El ataque preventivo sobre la posible nominación del senador Chuck Hagel ser Secretario de defensa ha sido implacable en esta temporada de vacaciones. Es juicio por Twitter, difamación por la narrativa de los medios de comunicación, un ritmo constante de acusaciones e insinuaciones todas diseñadas para hacer que el republicano de Nebraska parecen políticamente tóxicos.

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La ironía es que la lógica política de una cita de Hagel es demostrar el alcance bipartidista por Presidente Obama — el nombramiento de un segundo Secretario de defensa republicano a seguir los pasos de pre-Panetta de Robert Gates. Mientras Hagel tiene fuertes defensores, puntiagudos críticos han venido de la extrema derecha y algunos de la izquierda. Demócratas liberales principalmente duda la necesidad de cualquier divulgación a los republicanos a todos después de una victoria decisiva elección, mientras que los republicanos, que normalmente pueden animar el nombramiento de un miembro del partido compañeros desdén Hagel para su independencia abiertamente durante los años de Bush.

El pecado capital de Hagel entre algunos conservadores opone a la oleada en Irak y ser el más republicano crítico del neoconservadurismo, diciendo, "en su mayor parte, ideología secuestrado diplomacia durante la administración Bush". Lo hizo desde la perspectiva de un pequeño gobierno conservador y un veterinario de Vietnam condecorado, escéptico de los costos que vienen con guerras innecesarias. Esto le valió dura oposición de la multitud de neocon, que ha intentado le tar como anti-Israel — una grave carga en nuestra política interna y una borrosa fácilmente con la acusación personal tóxica de antisemitismo.

Como The New Yorker y testigo de 9/11, estoy instintivamente pro-Israel — junto con Gran Bretaña, que son nuestros aliados más cercanos en un mundo demasiado lleno de países que serían coddle los tiranos y los terroristas.

Pero más allá de mi aprecio por voces independientes y coaliciones bipartidistas, la experiencia de mi familia con Chuck Hagel sirve como una referencia de caracteres pequeños. Él y primo de mi madre Dean Phillips fueron amigos y compañeros veteranos de Vietnam que trabajaron juntos en la VA a bajo presidentes Carter y Reagan. Previamente Dean había acompañado de la 101a División Aerotransportada como paracaidista en patrullas de reconocimiento de largo alcance y fue galardonado con dos estrellas de plata, dos estrellas de bronce y el corazón púrpura. Después de la guerra, ambos hombres se dedicaron a sus compañeros en un momento de transición ingrata. Cuando Dean murió a la edad de 42 de lo que creía que era cáncer de agente Orange–related, Hagel dio el elogio. Incluso como senador, años más tarde, Hagel permanecido en contacto con la madre de Dean, Helen, de vuelta a casa en Ohio. La experiencia es anecdótica (nunca he conocido el hombre), pero es testimonio de su carácter.

Perspectiva de calificación de Hagel es necesario al menos dos frentes. En primer lugar, es sorprendente para que muchos de los críticos vocales contra el posible nombramiento de Hagel para servir como Secretario de defensa no han servido en el ejército. Parece ser un requisito previo para el puesto, aunque por supuesto no lo es. Sin embargo, estaría más interesado en lo que miembros de las fuerzas armadas — pasadas y actuales, podría decir, en lugar de los grupos de interés o expertos, pro o con.

La comprobación más potente de la realidad, sin embargo, es una mirada a las creencias propias de Hagel como un contrapeso a las acusaciones que han sido lanzados contra él. En la penumbra surrealista de una nominación al globo de ensayo, es difícil para un individuo a su propia defensa. Las declaraciones son sacadas fuera de contexto, e incluso hechos en aislamiento para presentar una imagen de alguien como una quasi-monster, desfigurado más allá del reconocimiento a quienes lo conocen. El antídoto está disponible con un poco de esfuerzo, la investigación de financiamiento de la oposición que se alimentan a expertos partidistas de la zanja y en su lugar echa un vistazo a lo que Hagel ha escrito sobre sus propias creencias.

Felizmente, existe un texto primario: América: nuestro próximo capítulo: preguntas difíciles, respuestas directas por Chuck Hagel con Peter Kaminsky. El libro fue escrito en 2008, por lo que necesariamente está fechada en lugares, con lo que pidiendo una audiencia del Senado aclarar las preguntas pertinentes que se han planteado. Pero en lugar de la caricatura que se intenta, Hagel es un patriota reflexivo lleno en la corriente principal de la política exterior estadounidense.

Por ejemplo, sobre el tema del Medio Oriente, Hagel describe el conflicto israelo-palestino como "las aspiraciones de dos personas por la misma estrecha franja de territorio. Hay por un lado la realización de que el sueño de los judíos de personas a vivir en paz con un Estado judío soberano y por otro lado y volver a la aparición en el siglo XX de nacionalismo palestino y el movimiento de su derecho a la libre determinación".